Pasteles de boda
Hay de todos los tamaños, de todos los colores y cantidad de sabores. Los hay del clásico color blanco o marfil, varios pisos y decoración a tono y están las más modernas con colores oscuros y tal vez con un simple adorno minimalista. Sea como fuere, el pastel de bodas siempre fue y seguirá siendo protagonista de las bodas más ostentosas hasta las más humildes o con pocos invitados.
La tradición y la evolución:
Esta tradición continuó y evolucionó alrededor del Siglo XVII cuando llegó a Inglaterra donde los invitados a una boda, llevaban pequeñas tortas y se iban amontonando en una torre lo más prolija posible y luego se le añadía una capa de azúcar glasé. El novio y la novia se besaban sobre la torta y finalmente repartían porciones a los invitados. Con el paso del tiempo, y por la continua inestabilidad de estas “tortas apiladas”, se fue llegando al estilo de torta nupcial que conocemos como la más tradicional hoy en día, que contiene varias capas o pisos unificados por el mismo estilo de decoración y sabor.
El ritual de convidar y compartir un trozo de pastel con los invitados sigue estando presente y aunque nunca nos hemos preguntado el significado, es bueno saber que está relacionado con el querer brindar y transmitir buena suerte a los amigos de los novios. Por eso los invitados que no quieran comerla en el banquete, pueden llevarla a su casa así como también es de buena tradición acercar un trozo de pastel a los invitados que no pudieron asistir.
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